miércoles, 31 de octubre de 2007

Una historia de amor I

Con Raimundo nos conocimos un verano, cursábamos en la universidad y ambos veníamos de noviazgos largos, cada uno había terminado su historia como pudo. Recuerdo que sentí una atracción que me quemó viva la primera vez que lo vi en el pasillo de la facultad; con su cigarrillo eterno y voz seductora; me encantaban sus charlas sobre la revolución y el Che (meses después me di cuenta que Raimu era un total burgués, cómodo y fanático de la Coca- Cola y el Blockbuster). Pero por esos tiempos me derretía de amor, no podía creer estar al lado de un hombre sensible, que le gustaba escucharme, que no se sintiera atraído por el fútbol; me sentía como en la bohemia de los años sesenta, tirados en el suelo, haciendo el amor, fumando y leyendo a Sartre. Eran tiempos felices, víviamos entre risas y caricias, los domingos nos internábamos en el Carlitos de Vicente López y entre panqueques riquísimos leíamos los diarios y discutíamos de política. Mi Bogart tenía una pluma que me enloquecía:

Hola, morocha
Te tengo que confesar algo: todavía no puedo medir el tamaño de tu sonrisa. Me cuesta, me pierdo. Empiezo a contar centímetro por centímetro pero no termino nunca y la veo infinita. Es tan amplia que deduzco que tu boca no tiene fin, es algo interminable en lo que me pierdo con la vista y con el gusto. Porque cada vez que veo tu sonrisa me acuerdo de tu gusto, un sabor que todavía siento, sobre
todo cuando me acuesto y me acuerdo de esa sonrisa y digo "por suerte pude verla
hoy, me estaba acechando desde un rincón y no pude defenderme". Y aunque no lo
sepas, cuando te vas, cuando lo último que escucho ese ese "chau", que para mi
encierra tantas cosas, te sigo y veo tu espalda que desaparece en la puerta y
reaparece en otra y después se va y pienso que podría seguirte hasta la puerta,
tal vez no me vea nadie, y me pierda con un beso en tu sonrisa que nunca
termina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito escribe tu Raimundo pero quiero saber si se quedó con tu amiga o volvió a ti. Un besito soñador.